









Se alinearon los astros, el tiempo nos dio una tregua para que el día fuese mágico y así fue, el azul del cielo lució, el sol, las nubes espectaculares y todo eso unido al embrujo de Córdoba, nos cautivó. Gracias a Miriam, nuestra genial guía, pudimos visitar la Mezquita, la Judería, la Sinagoga y tras un almuerzo inolvidable culminamos este viaje en Medina Azahara. Tenemos que volver.